miércoles, noviembre 02, 2005

Secuencia 2

El viaje fue largo, entre baches y el olor desagradable del furgón que me llevaba a mi merecido destino. La dureza con la que me trataron los agentes produjo en mí severos moratones, y a pesar de mis esfuerzos con un pañuelo a modo de torniquete, esa herida en mi brazo no dejaba de sangrar.


Secuencias de mi pasado me seguían atormentándome. Pensé mil veces en volver atrás en el tiempo. Ciertamente no estuve en el momento ni el lugar adecuado, y caí en la trampa de dejarme arrastrar hacia el mal. Pero la vida son decisiones, y cuando acumulas una serie de malas decisiones continuadas acabas encontrándote con las consecuencias de golpe. Desde lo más profundo de mi corazón aquella noche lloré, o quizá desde eso que algunos llaman alma.

Un poco más tarde levanté la cabeza y vi que no estaba solo. Había gente a mi alrededor, gente a la que la vida había desgastado y echo perder todo respeto hacia sí mismos y hacia todo lo que les rodeaba. A mi lado un vagabundo, un hombre gastado por el tiempo y la calle, me habló:

-Chico, ¿quién te dejó así?

Y soltó unos cuantos juramentos hacia aquellos que me habían detenido.

Justo en ese momento el furgón se detuvo y la puerta se abrió. Al salir observé como brillaba la luna, luna llena. La miré con cierta amargura, no sabía cuando la vería en libertad.

Continuará…

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

a mi tb

1:45 p. m.  

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